Al igual que la historia del Medellín, la de la Rexixtenxia Norte esta acompañada de inmensas alegrías pero también de profundas tristezas, las cuales no han logrado la desintegración de este grupo de aficionados que se pueden ver, fecha tras fecha, alrededor de todos los estadios del país acompañando su equipo.
Las barras del Rojo siempre se han caracterizado por su bulla, su inconformidad y sus rasgos de gente popular y peleadora; hinchada que goza y sufre, ríe y llora, vive y sueña entorno a una cultura, a un estilo de vida, a un sentimiento, al Medallo.
En septiembre de 1998, después de varias reuniones llevadas a cabo por algunos ex integrantes de La Puteria, nació la más grande, la más fiel, la más viajera, la de más aguante y la menos interesada de todas las barras colombianas. La hinchada que el pueblo antioqueño anhelaba. Una hinchada popular, sin distingo de raza, clase social, género y que recogiera ,en si misma, las características tanto del Independiente Medellín; un equipo luchador, a quien nadie le regala nadie (y que no necesita que le regale), como de su gente; del albañil, del barrendero o barrendera, del o la taxista, la ama de casa, la empleada del servicio, el jardinero, el o la funcionario público, el o la preso, el o la vendedora ambulante, el maestro de universidad o de escuela y todo aquel que gracias a su tradición familiar o al gusto por los colores azul y rojo termino enfermo de este equipo.
La primera barra en Colombia que corearía a sus jugadores, la primera en tener una bandera gigante con los colores de su club, y la primera en saltar rítmicamente para alentar e imprimirle emoción al juego desde las tribunas sería La Putería . Icono y envidia de los demás clubes del país este grupo llego a su disminución, pero no a su desaparición, a finales de la década del 90. Malos manejos económicos y decaimiento a causa de la superada adolescencia de la mayoría de sus integrantes, quienes iban dejando de expresar sus sentimiento (con tanto ahínco como antes) excusándose en que tenían que cuidar el futuro de sus hijos o que tenían un empleo, desencadeno en el fortalecimiento de un nuevo grupo asociado de hinchas, que paradójicamente, eran los mismos de siempre, los que siempre fueron a la tribuna oriental y que de ahora en adelante se apostarían en la tribuna popular norte. Con el paso de los 90 crecieron con el Medellín barras reconocidas en el ámbito nacional como Korea, e IRA Roja , que a la par con La Putería, acompañaron al equipo, y que posteriormente, colaborarían en el engrandecimiento y fortalecimiento de la REXIXTENXIA NORTE.
Pasaban ya 45 años y el pueblo antioqueño no veía a su equipo festejar una vuelta olímpica. El afianzamiento de la banda indigente se fue dando de la mano del equipo, quien le recordó al fútbol local que era un equipo grande. Grande por su gente, por sus costumbres, por sus títulos y participaciones en Suramérica, donde siempre, por medio de su buen fútbol y su gallardía, demostró ser el club más grande de Antioquía, de su gente, de los antioqueños, los verdaderos Paisas , los hijos de Antioquía, Los Hijos del Pueblo.
El 22 de diciembre de 2002 en San Juan de Pasto, y contra el equipo de esa ciudad, el equipo del pueblo dio el mejor regalo de fin de año que se le puede dar a un hincha, un campeonato, ¡y que campeonato¡ La banda acompaño masivamente al equipo durante todo el torneo. Entre otras hubo invasiones a la ciudad Santiago de Cali, de donde se trajo un buen reducto para obtener su paso a la final y a Ibague donde se obtendría, por fin, el paso a la anhelada final esperada con muchas ansias por la hinchada Azul y Roja
En el alma de la Indigenxia quedara marcado el recuerdo de todos los que se han ido, Wilson ; aquel joven asesinado brutalmente por la autoridad después de un clásico, El Burrito ; para todos inolvidable, Tito ; xupremaco, Boliquexo ; Chatarrero, Volkán ; el loco, y finalmente el más grande icono de la Banda, un grande, un hermano, un amigo, un parcero. Nelson David , EL Chiki.